Todo humano tiene una esencia única que percibimos con solo verle. La contextura, el tipo de cuerpo, la altura, el color de piel, la ropa, entre muchos otros elementos, comunican un mensaje mucho más profundo de lo que parece.
Está claro que tenemos la capacidad de reconocer a una persona elegante por como luce, y este mismo principio es aplicable al mundo de las marcas gracias al poder de la identidad visual.
La identidad visual es el conjunto de elementos gráficos que enriquecen el lenguaje de la marca para transmitir una idea clara acerca de lo es (y lo que no es).
Está conformada por una cantidad de elementos que conectados a través de un hilo conductor, transmiten mensajes poderosos dentro de un sistema visual que facilita el reconocimiento y la memorabilidad de las marcas.
Por esta razón, para que una marca no envíe mensajes débiles o incorrectos, es necesario prestar especial atención a su identidad visual y trabajar estratégicamente todos los elementos que la componen.
Estos elementos se clasifican en primarios y secundarios, y en las próximas líneas haremos un recorrido que nos permitirá conocer qué son y para qué sirven en el contexto de la gestión de marca.
Elementos primarios de la identidad visual
Incluyen activos básicos e imprescindibles y están compuestos por logotipo, símbolo (en el caso de que la marca lo tenga), tipografías y paleta de color.
Logotipo:
Es también conocido como wordmark y por lo general es el activo visual más usado en la identidad visual de la marca. Sin embargo, hay casos de marcas más disruptivas que optan por darle mayor protagonismo a otros recursos visuales para hablar en los mismos códigos de su audiencia.
Símbolo:
Es un elemento que puede sintetizar el concepto de la marca y tiene un alto componente semiótico. Es uno más de los activos que componen el lenguaje de marca, y aunque no todas las marcas necesitan uno, puede resultar muy útil a la hora de reconocer a una marca en las redes sociales o en ese pequeño icono en la pestaña de los navegadores que muestran la mayoría de los sitios web.
Paleta de colores:
Son un conjunto específico de colores seleccionados para facilitar el reconocimiento de marca y transmitir ciertas emociones, asociaciones o mensajes para conectar con la audiencia.
Tipografías:
La tipografía es considera por muchos expertos como «el alma de la marca» debido a su gran potencial para comunicar la esencia de la misma a través de las palabras.
Una marca puede usar tipografías primarias y secundarias, y en la mayoría de los casos, la tipografía primaria es usada en títulos y se puede complementar con una secundaria que ayude a jerarquizar el discurso y otorgue legibilidad a toda la comunicación escrita.
Además, la tipografía es un recurso imprescindible para que la voz y el tono de la marca se desplieguen con total eficiencia en cada pieza de comunicación.
Elementos secundarios de la identidad visual
Estos elementos enriquecen el lenguaje universal de una marca, sirven para hacer contrapeso a los elementos primarios y evitar que la marca se exceda en el uso de su logotipo. Estos elementos están compuestos por:
Estilo iconográfico:
Al igual que las ilustraciones, el estilo iconográfico puede nacer de la personalidad de marca u otro activo estratégico, de tal manera que los iconos sirven para diseñar desde las indicaciones de una interfaz de usuario hasta la señalética de una oficina. Este activo tienda a ser menospreciado por muchos, sin embargo, es muy útil para incrementar el reconocimiento de marca.
Estilo ilustrativo:
Las ilustraciones son un activo visual muy poderoso que ayuda en el storytelling de la marca. Contar con un estilo propio que nace de la personalidad de marca es clave en este tipo de activos, y otorga a quien lo usa, un abanico de posibilidades creativas para expresarse.
Estilo fotográfico:
Blanco, negro, duotono, filtros, posiciones y un largo etc. Con este activo nada es al azar. A partir del estilo fotográfico se crean composiciones donde se expresa el verdadero carácter de la marca, sin perder consistencia en cada campaña. Además, contar con este recurso ahorra mucho tiempo a la hora de comprar fotografías en un banco de imágenes o producirlas.
Patrones y texturas:
Los patrones y texturas son recursos visuales complementarios que pasan desapercibidos en muchas ocasiones, pero que si se gestionan adecuadamente pueden marcar un antes y un después para una marca.
¿Quién no conoce los icónicos patrones de Burberry? Precisamente ese es el poder de usar correctamente estos activos visuales.
Sistema de visualización de datos:
Si una marca de forma constante genera informes, tablas o estadísticas, entonces contar con un sistema de visualización de datos, no es una opción. Sí o sí debe contar con este recurso visual si quiere causar un alto impacto en su comunicación.
Si los datos son el core del negocio, entonces “vestirlos” de forma adecuada le otorgará mayor impacto. Marcas como McKinsey & Company lo saben muy bien.
Sistema de diseño:
La gran mayoría de las grandes marcas que consumimos a diario cuenta con arsenal de recursos visuales que están perfectamente ordenados bajo un sistema de diseño.
El sistema de diseño no es más que la combinación de varios recursos estratégicos y visuales, distribuidos equilibradamente dentro de un espacio. Lo podemos ver presente en marcas como Movistar, Apple, Coca-Cola o Juan Valdéz.
El sistema de diseño sirve como vehículo de expresión que gestionado con consistencia, facilita el reconocimiento visual de marca en tan solo fracciones de segundos, además de que permite a los equipos creativos trabajar con mayor eficiencia.
A estas alturas habrás notado que la identidad visual de una marca es mucho más que un logo. Al igual que una persona, la combinación de distintos elementos visuales dentro de un contexto transmiten ideas poderosas y facilitan el reconocimiento y la memorabilidad.
Toda marca necesita disponer de su propio lenguaje visual para enriquecer su comunicación y vehicular elementos estratégicos como la personalidad, el posicionamiento y la propuesta de valor de la marca.
La función de la identidad visual de marca
Así como un en motor cada pieza cumple una tarea específica y necesaria para su funcionamiento, en la identidad visual cada elemento será responsable de mover la maquinaria de la marca adecuadamente.
Sin una identidad visual completa y consistentemente desplegada en los múltiples puntos de contacto de la marca, será muy difícil generar identificación, reconocimiento, memorabilidad y diferenciación.
Además, a nadie se le ocurriría asistir a una reunión de junta directiva en pijamas y si lo hiciera, sería percibido como alguien totalmente fuera de contexto.
Ahora que lo sabes, descubre si la identidad visual de la marca impacta positivamente tu negocio con esta herramienta que te dejamos a continuación.
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